Durante años, compartimos innumerables curvas y carreras, ambos cargados de cámaras y lentes. Aunque dejé atrás mi mochila de fotógrafo, conservo vivos los recuerdos de esas largas jornadas, muchas de ellas coincidiendo con él, persiguiendo la toma perfecta bajo la lluvia y el sol.

Hoy nos toca despedirnos de Gustavo Alonso, un icono inolvidable en el mundo del motor, especialmente en los rallies de las Islas Canarias. Con su cámara siempre a punto, fue testigo de incontables historias en las carreteras, convirtiéndose en un referente irremplazable para quienes compartimos la pasión por el motor y la fotografía. También como compañero, junto a Javier Viera, en su revista digital MotorADiario.com.

Recordar a Gustavo es traer a la mente su sonrisa, un reflejo de la humildad y calidez que lo definían. No era simplemente un fotógrafo; era un compañero de aventuras, un narrador que entendía que cada carrera esconde una historia digna de ser contada. Sus imágenes acercaron la emoción de los rallies a todos los que no podían estar allí.

Este fin de semana, las carreteras resonarán más silenciosas; la tierra y el asfalto de Canarias han perdido a uno de sus más fervientes seguidores. Pero su legado, eternizado en cada fotografía, cada sonrisa capturada y cada instante inmortalizado, perdurará entre nosotros.

Gustavo, compañero, amigo, dejas un vacío inmenso. En cada clic de nuestras cámaras, en cada destello de flash, al son de los motores, ahí estarás. Descansa en paz, sabiendo que tu esencia permanecerá indeleble en el corazón del mundo del motor.

Hasta siempre, amigo. Que encuentres la paz en las curvas eternas allá donde estés.