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Entrevista a José María Ponce Anguita

Algo más que un piloto canario de rallyes

José María Ponce Anguita y su actual copiloto Carlos Larrodé
José María Ponce Anguita y su actual copiloto Carlos Larrodé
Deportista de raza, con más de 35 años de actividad ininterrumpida y con un bagaje de triunfos en su vitrina, José María Ponce Anguita sigue en la brecha como el primer día que se puso al volante de un coche.

¿Cómo recuerdas esa primera vez?
Fue en 1.974 en la Subida a Juncalillo, estuve entrenando más de un mes y participaba con el BMW 1800 Tisa con el que mi padre terminó su carrera deportiva. Tenía una infinita ilusión y ganas, tanto, tanto, tanto, que en el entrenamiento arranque de forma tan violenta que el cardan de la trasmisión salto en trozos y avancé sólo 3 metros de la línea de salida. Un comienzo desalentador sin duda.

¿Qué significó el tener a un padre tan vinculado a este deporte?
Un gran apoyo moral desde que le trasladé que ya estaba inscrito en Juncalillo con el pseudónimo de Lao. Desde entonces y hasta el final de sus días siempre me aconsejaba y daba su opinión. Le echo muchísimo de menos como padre y como deportista pionero de nuestro deporte.

Sin embargo, no te sirvió de mucho en los comienzos. ¿Cuántas letras firmaste para poder correr?
No al principio porque apenas había gastos con el BMW 1800 tal y como se fabricó haciendo solo montaña, las ruedas eran de calle, la gasolina y la indumentaria para correr también. Luego para poder mejorar y participar en rallys compré un Toyota Corolla Levin 1.6 con una colaboración de la marca en mantenimiento, ahí fue mi primer préstamo bancario que pagaba con pequeños trabajos a comisión que alternaba con mis estudios.

En 1.979 adquirí un BMW 2002 Alpina y al año siguiente, las letras ya me superaban, así que lo vendí a un jovencito Toñi, con la condición de que me dejara participar con él de copiloto para hacer de piloto en algunos tramos de determinados rallys.

A los 23 años decidí intentar ser el primer piloto que lograra ser profesional del motor en Canarias y no cejé hasta lograrlo, para ello dejé el colegio universitario y me puse a trabajar intentando compaginar con la Universidad a distancia (UNED). Prácticamente todo el dinero que ganaba lo destinaba a la competición con la ventaja que mi reciente esposa era también una apasionada del motor.
José María Ponce en el Rallye de Santa Brígida 2011
¿Qué diferencia más relevante encuentras en aquella época respecto a la actual?
Había algo que hoy es casi inexistente como son los patrocinadores que tanto aportaron a nuestro automovilismo. Para acceder a ellos había que hacerse valer y eso dependía de la capacidad de cada uno.

En cuanto al ambiente entre los pilotos existían algunos piques clásicos, pero también un gran compañerismo y amistad, compartíamos intensas charlas durante entrenos e incluso después de las carreras.

De aquellos primeros años ¿Qué recuerdos guardas con especial cariño?
Destaco las personas con las que compartí esos momentos difíciles pero muy ilusionante, las vivencias con mis copilotos José Mª Suárez Márquez, mi esposa Isabel, Emilio Macías y mi siempre presente padre. Cientos de anécdotas algunas inverosímiles, que a los jóvenes de hoy les resultarían sorprendentes.

¿Cómo llegaste a la ayuda de Walter Sauerman y que significó para ti?
Llegó fruto de las participaciones hasta entonces con el Levin, Mazda 323 y mi paso como piloto oficial de Domingo Alonso con los Golf Gr. 1, 2 y N. Con este ultimo logré ganar el primer campeonato regional de rallys que se instauro en Canarias, todo ello contribuyó junto a que ayudaba a mi entender, que fuéramos un equipo mujer- hombre.

Llegar a Sauerman Competición en 1.984 era el sueño anhelado. Comenzamos con un 323 en un rally de Tenerife previo a la llegada de los 635 CSI que fueron buques escuela. A partir de ahí todo un tiempo de lujo técnico y deportivo de la mano de un patrón al que yo más que apreciar quería, a los que se unían José Medina como jefe de equipo junto a Batista, Sergio, etc. Personas con las que sigo manteniendo una excelente relación de amistad.
José María Ponce en el Rallye Isla de Gran Canaria 2011
Lejano ya en el tiempo, conseguiste ser Campeón de España ¿Cómo recuerdas aquel año?
Previamente habíamos realizado participaciones en la Copa de España en 1.988 con el 635 y 325 que nos permitieron el subcampeonato absoluto sin realizarlo al completo. En 1.989 hicimos nuestra primera incursión en algunas pruebas del campeonato de España de rally en Gr. N y A. En 1.990 participamos en el España Cataluña ganando en Gr. N.

Ese año recibí una oferta de Japón Motor para ser su piloto en Canarias y un programa de varias pruebas del campeonato del mundo, sin embargo por fidelidad al equipo decidí continuar. Esto quizás produjo que para el siguiente año 1991 se me diera la oportunidad de afrontar el campeonato de España al completo con el M3 alternando las participaciones con los 325 Gr. N.

Fue un año tremendamente duro tanto para mí como para José C. Deniz por las largas ausencias de casa y las semanas enteras de entrenos, pero sin duda el resultado mereció la pena. Un trabajo de equipo donde muchas personas tuvieron un peso decisivo. Nunca ha habido un seguimiento de afición, medios de difusión canarios y nacionales como el que tuvimos esa temporada que guardo en el recuerdo después de los 20 años trascurridos como si fuera ayer, especialmente la llegada a Lloret de Mar entre una marea de aficionados canarios llegados en aviones fletados para la ocasión. Recuerdo ese momento con tal nitidez los detalles, que no puedo evitar emocionarme.

Tu paso por los circuitos de velocidad del Campeonato de España ¿Mereció la pena?
Si miramos sólo el resultado en el campeonato la respuesta es no. El comienzo fue esperanzador con un 3º en Calafat y un 4º en el Jarama, después el resto de equipos evolucionaron técnicamente y nosotros no pudimos. Ese año pilotar en circuitos me permitió comprender mejor la relación directa entre lo que haces con el vehículo y su repercusión en el crono. La experiencia me gusto mucho por lo que aprendí.
José María Ponce en el Rallye Isla de Gran Canaria 2011
En el ámbito regional, raro ha sido el año en que no has estado entre los primeros de los campeonatos ¿Hay algún año que recuerdes como algo especial?
No especialmente, pero sí destaco dos anécdotas. Una positiva, que desde el año 1982 hasta el 2004 inclusive (22 años consecutivos) logramos siempre el campeonato o subcampeonato de rallys de Las Palmas y otra negativa, que en 1.989 gane el campeonato de Tenerife por puntos, pero no me lo dieron porque estando patrocinado por Camel, esa federación imponía la publicidad de Marlboro en el parasol y aletas y como todos podrán comprender era inadmisible aceptarlo.

Has pilotado diversas marcas y ahora mismo sigues fiel a BMW y al vetusto M3 ¿Es tu vehículo preferido?
No han sido muchas marcas, si tenemos en cuenta que llevo en activo 37 años. Fueron 8 marcas y distintos modelos que he tenido la suerte de conducir, tales como:
- BMW 1800, 2002, 323, 325, 635CSI, M3 2.3 y 2.5.
- Toyota Corolla Levin, Celica GT Four, Corolla WRC.
- Mazda 323.
- VW Golf 1.6 Gr. 1, 2 y N, Kit Car, Polo super 1.6.
- Renault Clio Williams Gr. A
- Ford Escort Gr. A Ras Sport, Jolly Club
- Seat Ibiza Kit Car.
- Peugeot 306 Maxi Kit Car y 206 WRC

Todos, afirmo, me prestaron un magnifico servicio y de casi todos guardo un grato recuerdo, pero en cuanto a eficacia deportiva y mínimo coste destaco sin duda alguna el M3. Por contra al tener sus años, su conducción es tremendamente exigente en lo que a preparación física se refiere.

¿Cómo valoras la perdida de los patrocinios de las tabaqueras?
Sencillamente como el fin de la etapa dorada del automovilismo especialmente en Canarias.
José María Ponce - Carlos Larrodé en el Rally Islas Canarias El Corte Inglés 2011
Y las marcas ¿Deberían implicarse más en ayudas al deporte?
Deben y pueden. Las condiciones económicas en España con este gobierno no están para alegrías, pero ni lo malo, ni lo bueno, dura mucho y debe mejorar y ocurrirá. Yo confió en ello.

Y a nivel federativo ¿Cómo valoras estos años?
El equipo federativo estoy convencido que ha intentado hacerlo lo mejor posible y no nos olvidemos que a pesar de las críticas que han recibido han sido los únicos hasta las últimas elecciones que se han presentado. Ocurre, que para tareas complicadas la mayor parte de las personas prefieren quedarse al margen, criticar sin implicarse ni trabajar desde dentro del espacio que pretendes mejorar. En estos años se han conseguido objetivos que agradecemos, pero no todos los deseables.

En la época actual, con la crisis global que padecemos ¿Falta imaginación para hacer cosas?
Falta decisión y confianza para salir de la rutina, resolver problemas y afrontar nuevas tareas. Considero que las federaciones deportivas deben ser entes, donde una persona se encargue de la gestión de forma remunerada y si no son rentables y no producen se van a la calle, nada de continuidad por 4 años. En lo que a la insular se refiere me gustaría que el nuevo cambio produzca beneficios y sea operativo cuanto antes.

Con ocasión de la Subida de Moya remitiste un comunicado sobre las verificaciones de oficio ¿Qué ocurre con este tema?
Nada nuevo. Como manifesté en la nota lo llevo solicitando desde hace años sin éxito, creí y sigo creyendo que era necesario un toque de atención a federación y participantes, en los que por supuesto me incluyo, a pensar en la reglamentación que nos rige y a quienes tienen la obligación de hacerla cumplir, estamos en un deporte reglado como cualquier otro y hay límites que no se pueden sobrepasar por ilógicos y porque rompen la credibilidad de los resultados deportivos que se obtienen, siembran dudas y esto no es bueno para nadie.
José María Ponce en la Subida de Moya 2011
¿Se debería controlar más o es un tema que desde siempre va paralelo con el propio deporte el ir al límite con las normas?
El problema no está en ir al límite del reglamento sino en superarlo, pero insisto, lo más grave es que se cuestione el resultado obtenido en la Competición y por ende la credibilidad del automovilismo. Todo deporte se basa en el espíritu competitivo que se desvirtúa totalmente si se cuestiona y además infunde desconfianza y desaliento al deportista y no es razonable que las federaciones miren durante tantos años para otro lado, claro que ante las dudas los participantes tenemos el derecho a reclamar pero yo diría que incluso el deber de hacerlo ante la desidia de ellos. Mi M3 cumple al 100 x 100 con el reglamento hasta límites incómodos y por tanto exijo igual trato a mis contrincantes. He abierto un melón en dos fases y falta la última que creo pronto llegara.

¿Qué crees que falta en este deporte actualmente?
Gestión para abaratar costes y facilitar la participación, (incluso contratos exclusivos a la mejor oferta de marca de neumáticos y otros, como ocurre en la fórmula 1, gasolina, lubricantes, etc) , mayor presencia en medios de comunicación, controles federativos sin duda, con una definición clara consensuada con los deportistas de a dónde queremos llegar con los reglamentos y si se abre la mano, que sea de una forma pública y lícita. Todas estas opciones y otras, son posibles pero requieren, como todo en la vida, esfuerzo y mucha ilusión.

¿Cómo valoras el cariño que encuentras en las carreteras por parte de la afición canaria?
Tendría que añadir definiciones en el diccionario de la Real Academia, porque ningún calificativo en él recoge el respeto que me merecen y el sentimiento que me produce comprobar después de tantos años con ellos, que aún les ilusione verme e incluso fotografiarse junto a mí. Esto para mí es mi mayor fuerza para unos momentos donde cada día es un reto continuar.
José María Ponce y Carlos Larrodé en el Rally Islas Canarias El Corte Inglés 2011
¿Tendrá esa afición José María Ponce para rato?
Si tenemos en cuenta que tengo 56 años, la pregunta yo mismo me cuestiono hasta cuándo podré seguir y hasta cuándo podré mantener un nivel aceptable. Me asusta pensar que algún día en algún Rallye me llegue de repente el momento de acabar. Sé que cada carrera la hago en tiempo de descuento y es un regalo que disfruto y saboreo. Antes deportivamente sólo corría contra el crono dentro del coche, ahora podría decir dentro y fuera porque me resisto a dejarlo y procuro retrasarlo todo lo que puedo. Entiendo que debo poner un horizonte que quizás esté dentro de 3 años en que cumpliré 40 años de forma continua como piloto pero esa fecha a veces me parece cercana y en otras ocasiones exageradamente lejos. Por mí continuaría participando aunque el nivel no fuera el mismo porque disfruto muchísimo corriendo y aunque parezca imposible siempre aprendo y eso es, lo que creo me compensa para procurar seguir estando en la brecha.
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