La primera etapa del Rally Dakar 2025 ha tenido un desenlace cruel para Laia Sanz. La piloto de KH-7 se ha visto forzada a renunciar a seguir en carrera después de que los comisarios de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) hayan examinado su vehículo y hayan determinado que el arco de seguridad había quedado dañado tras un inoportuno vuelco sucedido en la parte final de la especial.
De este modo, Laia Sanz no podrá completar el recorrido de principio a fin por primera vez en 15 años. Afortunadamente, tanto ella como su copiloto, el italiano Maurizio Gerini, han salido indemnes del percance y han podido llegar al final de la etapa por sus medios, tras efectuar las pertinentes reparaciones de emergencia en la misma pista, aunque con varias horas de retraso.
Laia Sanz arrancó muy bien la 47ª edición del rally, con una magnífica 23ª posición en el apartado de coches y primera entre los de tracción trasera. Ese resultado hacía presagiar una buena actuación en esta primera etapa, con salida y final en Bisha (Arabia Saudí), tras 413 kilómetros cronometrados y 86 de enlace. No obstante, el azar ha jugado una mala pasada a la 14 veces finisher del Dakar.
De hecho, la jornada se ha torcido pronto para la piloto española cuando, al poco de empezar, ha tenido problemas de transmisión en su Century CR-6T. Posteriormente, se ha añadido el fallo generalizado de las tabletas electrónicas del roadbook y el GPS. A pesar de los contratiempos, la de KH-7 estaba marcando buenos parciales (P21, P19, P20, P24...) y se estaba posicionando muy bien de cara al orden de salida para mañana, la segunda etapa, la crono de 48 horas. Pero superado el control de paso del kilómetro 330, el sudafricano Giniel de Villers (Toyota) la ha adelantado e, instantes después, con una visibilidad nula, ha sucedido el percance.
Después de que se pararan algunos participantes a comprobar su estado, entre ellos Seth Quintero (Toyota), ganador de la etapa, Laia Sanz y Maurizio Gerini han empezado a reparar el coche con sus medios, pero han tenido que esperar a que llegara el camión de asistencia rápida para completar los remiendos en el Century. Ya de noche, han retomado la marcha, tras estar detenidos 4 horas y media, y han pasado in extremis los últimos controles de paso. “De noche, nos ha costado un poco y nos hemos perdido una vez. Hemos llegado dos minutos antes de que cerraran alguna de las puertas, pero al menos hemos llegado a la meta, por los pelos”.
Una vez en el campamento de Bisha, los comisarios de la FIA han examinado el vehículo de la piloto española y han decidido que el arco de seguridad presentaba una desviación suficiente como para motivar su exclusión. Laia Sanz se queda, pues, sin salir a la segunda etapa, la crono de 48 horas, ni completar su 15º Dakar consecutivo, en el que tenía puestas sus esperanzas de luchar por la victoria de la categoría T1.2 (4x2) y mejorar el 15º puesto registrado en la edición anterior.
De este modo, Laia Sanz no podrá completar el recorrido de principio a fin por primera vez en 15 años. Afortunadamente, tanto ella como su copiloto, el italiano Maurizio Gerini, han salido indemnes del percance y han podido llegar al final de la etapa por sus medios, tras efectuar las pertinentes reparaciones de emergencia en la misma pista, aunque con varias horas de retraso.
Laia Sanz arrancó muy bien la 47ª edición del rally, con una magnífica 23ª posición en el apartado de coches y primera entre los de tracción trasera. Ese resultado hacía presagiar una buena actuación en esta primera etapa, con salida y final en Bisha (Arabia Saudí), tras 413 kilómetros cronometrados y 86 de enlace. No obstante, el azar ha jugado una mala pasada a la 14 veces finisher del Dakar.
De hecho, la jornada se ha torcido pronto para la piloto española cuando, al poco de empezar, ha tenido problemas de transmisión en su Century CR-6T. Posteriormente, se ha añadido el fallo generalizado de las tabletas electrónicas del roadbook y el GPS. A pesar de los contratiempos, la de KH-7 estaba marcando buenos parciales (P21, P19, P20, P24...) y se estaba posicionando muy bien de cara al orden de salida para mañana, la segunda etapa, la crono de 48 horas. Pero superado el control de paso del kilómetro 330, el sudafricano Giniel de Villers (Toyota) la ha adelantado e, instantes después, con una visibilidad nula, ha sucedido el percance.
“Una pena empezar el Dakar así. Nos habíamos quedado sin la 3ª marcha en el kilómetro 20. Luego, metidos dentro del polvo, nos habían dejado de funcionar todos los instrumentos de navegación, así que habíamos decidido ir súper tranquilos para acabar la etapa, y a 70 kilómetros del final, hemos pillado una piedra que no hemos visto por el polvo y hemos volcado. Estoy muy dolida, porque estábamos yendo muy bien, a pesar de que nos habían pasado cosas hoy. Da mucha rabia haber tenido tan mala suerte cuando íbamos bien; creía que podía ser un buen año”, explicaba en sus redes sociales desde el mismo punto del accidente.
Después de que se pararan algunos participantes a comprobar su estado, entre ellos Seth Quintero (Toyota), ganador de la etapa, Laia Sanz y Maurizio Gerini han empezado a reparar el coche con sus medios, pero han tenido que esperar a que llegara el camión de asistencia rápida para completar los remiendos en el Century. Ya de noche, han retomado la marcha, tras estar detenidos 4 horas y media, y han pasado in extremis los últimos controles de paso. “De noche, nos ha costado un poco y nos hemos perdido una vez. Hemos llegado dos minutos antes de que cerraran alguna de las puertas, pero al menos hemos llegado a la meta, por los pelos”.
Una vez en el campamento de Bisha, los comisarios de la FIA han examinado el vehículo de la piloto española y han decidido que el arco de seguridad presentaba una desviación suficiente como para motivar su exclusión. Laia Sanz se queda, pues, sin salir a la segunda etapa, la crono de 48 horas, ni completar su 15º Dakar consecutivo, en el que tenía puestas sus esperanzas de luchar por la victoria de la categoría T1.2 (4x2) y mejorar el 15º puesto registrado en la edición anterior.