El pasado 2013 ha sido un año de récord en la carretera. Según datos de la DGT, el número de víctimas mortales de tráfico se situó en 1.128 personas fallecidas, un 13% menos con respecto al año anterior y un mínimo histórico desde que se comenzaran a registrar estas cifras en 1960. Este dato refleja un cambio de tendencia entre los conductores españoles y un mayor compromiso de toda la sociedad. Pero aunque el pasado año hubo 29 días, casi un mes entero, en los que la carretera no se cobró ni una sola víctima, todavía queda un largo camino por recorrer.
Prestar una mayor atención a la conducción y a las indicaciones de la carretera, además de respetar las normas básicas de circulación, es clave para aumentar la seguridad durante el trayecto, y a ello contribuyen las nuevas tecnologías, herramientas fundamentales que ya se han convertido en el copiloto ideal de los conductores.
Es evidente que nuestros viajes, como nuestra vida, están cada vez más condicionados por las nuevas tecnologías y cada vez, de forma más espontánea, los conductores demandan un flujo continuo de información que sea útil, veraz y en tiempo real, con el objetivo de aumentar la comodidad en sus desplazamientos y de lograr una mejor planificación de sus rutas por carretera.
Prueba de ello es que entre las aplicaciones más buscadas el pasado año se han posicionado los avisadores de radares y la asistencia de ayuda a la conducción. Estas búsquedas van en paralelo a una de las mayores preocupaciones de los conductores españoles, que según ha desvelado un reciente estudio del RACC, es el desconocimiento de los límites de velocidad en diversos tramos de carretera: una causa provocada por una conjunción entre la mala señalización de la vía y ciertos déficits de atención al volante.
Estos resultados, junto a las necesidades reales de los conductores, ponen de manifiesto que los dispositivos asistentes a la conducción en carretera facilitan a los usuarios información muy valiosa acerca de los límites de velocidad, así como de los peligros y de las incidencias del tráfico, tales como obras, atascos, radares, etc. Lo hacen en tiempo real y de forma absolutamente fiable y homologada siempre por proveedores de tráfico e instituciones oficiales, lo que garantiza además su legalidad.
En efecto, son legales y aumentan el compromiso de los conductores con el tráfico rodado. Según el mismo estudio citado anteriormente, 3 de cada 4 conductores que hacen uso de este tipo de dispositivos son más proclives a respetar las normas de la carretera y más del 77% no tienen que frenar bruscamente delante de los radares cuando llevan la asistencia de ayuda a la conducción operativa.
Estos datos reflejan el incremento de la seguridad vial que acciones como estas conllevan, y a ello se suman otros factores decisivos y relativos a la conducción responsable, como la predisposición de los usuarios de estos dispositivos a colaborar con las autoridades y con la propia tribu de conductores.
Fruto de esta colaboración, la progresiva implantación de las nuevas tecnologías en los viajes en carretera aumenta además la solidaridad entre conductores y disminuye la sensación de soledad del conductor: estos dispositivos permiten conocer en todo momento los tramos por los que circulan otros usuarios, así como comunicar cada circunstancia anómala que se produzca durante el trayecto.
Es decir, este tipo de dispositivos permite crear una conciencia de comunidad entre conductores, que con tan solo pulsar un botón o mediante identificación por voz pueden estar conectados. Se trata de un conato de red social que no solo no supone una pérdida de atención a la carretera, sino que incrementa la seguridad de los viajeros y acrecienta el compromiso del conductor para con sus iguales. La conducción 2.0 ha llegado a nuestras carreteras, una revolución al volante que hace de los dispositivos de asistencia el compañero de viaje ideal.
Alejandro García Roque, Country Manager de Coyote en España y Portugal
Prestar una mayor atención a la conducción y a las indicaciones de la carretera, además de respetar las normas básicas de circulación, es clave para aumentar la seguridad durante el trayecto, y a ello contribuyen las nuevas tecnologías, herramientas fundamentales que ya se han convertido en el copiloto ideal de los conductores.
Es evidente que nuestros viajes, como nuestra vida, están cada vez más condicionados por las nuevas tecnologías y cada vez, de forma más espontánea, los conductores demandan un flujo continuo de información que sea útil, veraz y en tiempo real, con el objetivo de aumentar la comodidad en sus desplazamientos y de lograr una mejor planificación de sus rutas por carretera.
Prueba de ello es que entre las aplicaciones más buscadas el pasado año se han posicionado los avisadores de radares y la asistencia de ayuda a la conducción. Estas búsquedas van en paralelo a una de las mayores preocupaciones de los conductores españoles, que según ha desvelado un reciente estudio del RACC, es el desconocimiento de los límites de velocidad en diversos tramos de carretera: una causa provocada por una conjunción entre la mala señalización de la vía y ciertos déficits de atención al volante.
Estos resultados, junto a las necesidades reales de los conductores, ponen de manifiesto que los dispositivos asistentes a la conducción en carretera facilitan a los usuarios información muy valiosa acerca de los límites de velocidad, así como de los peligros y de las incidencias del tráfico, tales como obras, atascos, radares, etc. Lo hacen en tiempo real y de forma absolutamente fiable y homologada siempre por proveedores de tráfico e instituciones oficiales, lo que garantiza además su legalidad.
En efecto, son legales y aumentan el compromiso de los conductores con el tráfico rodado. Según el mismo estudio citado anteriormente, 3 de cada 4 conductores que hacen uso de este tipo de dispositivos son más proclives a respetar las normas de la carretera y más del 77% no tienen que frenar bruscamente delante de los radares cuando llevan la asistencia de ayuda a la conducción operativa.
Estos datos reflejan el incremento de la seguridad vial que acciones como estas conllevan, y a ello se suman otros factores decisivos y relativos a la conducción responsable, como la predisposición de los usuarios de estos dispositivos a colaborar con las autoridades y con la propia tribu de conductores.
Fruto de esta colaboración, la progresiva implantación de las nuevas tecnologías en los viajes en carretera aumenta además la solidaridad entre conductores y disminuye la sensación de soledad del conductor: estos dispositivos permiten conocer en todo momento los tramos por los que circulan otros usuarios, así como comunicar cada circunstancia anómala que se produzca durante el trayecto.
Es decir, este tipo de dispositivos permite crear una conciencia de comunidad entre conductores, que con tan solo pulsar un botón o mediante identificación por voz pueden estar conectados. Se trata de un conato de red social que no solo no supone una pérdida de atención a la carretera, sino que incrementa la seguridad de los viajeros y acrecienta el compromiso del conductor para con sus iguales. La conducción 2.0 ha llegado a nuestras carreteras, una revolución al volante que hace de los dispositivos de asistencia el compañero de viaje ideal.
Alejandro García Roque, Country Manager de Coyote en España y Portugal