En Siete Palmas, un Día de Canarias, un Rallye. Oportunidad perfecta para que se agudice el ingenio y se aprovechen las oportunidades para poder decir: Aquí estamos. Esto es un deporte de masas y hay que apoyarlo.
Estamos en la era de la comunicación y de las nuevas tecnologías. Estamos en la época de vacas flacas en cuanto a medios económicos para sacar adelante cualquier iniciativa. Es la hora de agudizar el ingenio y cuando no se usa, mal vamos.
Pues no. No han querido, no han sabido o no han podido. A eso se le llama ineficacia. Por no usar unos apelativos más contundentes.
Puede que debido a intereses propagandísticos y o dar a conocer el Gran Canaria Arena, se cambiara la ubicación de las verificaciones y el parque cerrado y el parque de asistencias. Vale, pero de ahí a tener que acabar caminándose por el exterior y poco menos que escondidos, de una manera muy diferente a lo que ha venido siendo lo habitual, algo ha fallado. Todo aficionado con el que me he tropezado me decía lo mismo. Vaya caos. Ni que fuéramos proscritos.
Tramo espectáculo: Bien, no. Lo siguiente. Pero no así. No se puede meter en un recorrido inmundo a vehículos que para muchos supone un enorme sacrificio poder ponerlos en circulación. Siempre las prisas no son buenas y si no hay tiempo de compactar una pista para ponerla en unas condiciones mínimas para vehículos con configuraciones de asfalto, sin los socavones y pedruscos que en esta ocasión existían, lo mejor es no hacerlo. Es una falta de consideración hacia el deportista, hacia el aficionado y lo más importante, hacia el deporte. Los aficionados que allí se dieron cita no se merecen el espectáculo triste y aburrido del que fueron espectadores, salvo del final, con vehículos y pilotos acostumbrados a caminos y trazados muy diferentes al que se podía haber ofrecido.
Y si nos referimos a la promoción del deporte y de explicar lo que es un Rallye, seguimos más preocupados de narrar las salidas de pista por errores de conducción que de explicar de lo que se trata, de explicar que es un Rallye, cuales son sus métodos y circunstancias y, sobre todo, en que se basa. Y una cosa fundamental, el tiempo realizado. Por tercer año consecutivo se ha realizado este trazado y en tres años han sido incapaces de dar un solo tiempo, una sola mención a las diferencias entre un participante y otro. Y mira que lo tienen fácil. Pero parece que no hay manera de que lo entiendan.
Se ha perdido de nuevo una oportunidad de oro de seguir promocionando nuestro deporte. Se siguen haciendo las cosas como sí de novatos se tratara, y desde luego, pena le da a uno ver semejantes actitudes pueblerinas. Y luego se quejan de que no haya participación.
Los que se dieron cita este Día de Canarias en Siete Palmas se merecían otra cosa. O al menos, otra cosa deberían haberse encontrado.
Igual estamos equivocados. Si nos convencen de lo contrario, igual el equivocado sea yo. Pero no lo creo. Se tienen los medios, se tienen las personas, se tienen los ingredientes. Falta un buen cocinero. Y lo triste es que, o aparece pronto o no tendremos un buen plato que cocinar.
Un sesenta cumpleaños se merecía otra cosa muy diferente.
Esto parece sencillo. Y para muchos lo es. Pero para los que se acercaron hoy a Siete Palmas para conocer algo de nuestro deporte, se han llevado una triste imagen. Esa es la realidad, la triste realidad.
Estamos en la era de la comunicación y de las nuevas tecnologías. Estamos en la época de vacas flacas en cuanto a medios económicos para sacar adelante cualquier iniciativa. Es la hora de agudizar el ingenio y cuando no se usa, mal vamos.
Pues no. No han querido, no han sabido o no han podido. A eso se le llama ineficacia. Por no usar unos apelativos más contundentes.
Puede que debido a intereses propagandísticos y o dar a conocer el Gran Canaria Arena, se cambiara la ubicación de las verificaciones y el parque cerrado y el parque de asistencias. Vale, pero de ahí a tener que acabar caminándose por el exterior y poco menos que escondidos, de una manera muy diferente a lo que ha venido siendo lo habitual, algo ha fallado. Todo aficionado con el que me he tropezado me decía lo mismo. Vaya caos. Ni que fuéramos proscritos.
Tramo espectáculo: Bien, no. Lo siguiente. Pero no así. No se puede meter en un recorrido inmundo a vehículos que para muchos supone un enorme sacrificio poder ponerlos en circulación. Siempre las prisas no son buenas y si no hay tiempo de compactar una pista para ponerla en unas condiciones mínimas para vehículos con configuraciones de asfalto, sin los socavones y pedruscos que en esta ocasión existían, lo mejor es no hacerlo. Es una falta de consideración hacia el deportista, hacia el aficionado y lo más importante, hacia el deporte. Los aficionados que allí se dieron cita no se merecen el espectáculo triste y aburrido del que fueron espectadores, salvo del final, con vehículos y pilotos acostumbrados a caminos y trazados muy diferentes al que se podía haber ofrecido.
Y si nos referimos a la promoción del deporte y de explicar lo que es un Rallye, seguimos más preocupados de narrar las salidas de pista por errores de conducción que de explicar de lo que se trata, de explicar que es un Rallye, cuales son sus métodos y circunstancias y, sobre todo, en que se basa. Y una cosa fundamental, el tiempo realizado. Por tercer año consecutivo se ha realizado este trazado y en tres años han sido incapaces de dar un solo tiempo, una sola mención a las diferencias entre un participante y otro. Y mira que lo tienen fácil. Pero parece que no hay manera de que lo entiendan.
Se ha perdido de nuevo una oportunidad de oro de seguir promocionando nuestro deporte. Se siguen haciendo las cosas como sí de novatos se tratara, y desde luego, pena le da a uno ver semejantes actitudes pueblerinas. Y luego se quejan de que no haya participación.
Los que se dieron cita este Día de Canarias en Siete Palmas se merecían otra cosa. O al menos, otra cosa deberían haberse encontrado.
Igual estamos equivocados. Si nos convencen de lo contrario, igual el equivocado sea yo. Pero no lo creo. Se tienen los medios, se tienen las personas, se tienen los ingredientes. Falta un buen cocinero. Y lo triste es que, o aparece pronto o no tendremos un buen plato que cocinar.
Un sesenta cumpleaños se merecía otra cosa muy diferente.
Esto parece sencillo. Y para muchos lo es. Pero para los que se acercaron hoy a Siete Palmas para conocer algo de nuestro deporte, se han llevado una triste imagen. Esa es la realidad, la triste realidad.