El Turismo Carretera es la categoría más importante de automovilismo en la República Argentina, la misma fue creada en 1937 y es la más popular del país y más antigua en actividad del mundo. El actual campeón (2009) es Emanuel Moriatis.
En sus comienzos las competencias se realizaban en rutas y caminos (de ahí su nombre), por lo general de tierra. Luego de numerosos siniestros se suspendió esta práctica y actualmente solo pueden realizarse dentro de autódromos cerrados.
Primeros años
Angel Lo Valvo (Ford) bajo el seudónimo "Hipómenes" se convierte en el primer ganador del Turismo Carretera. Junto a él se destacaban nombres consagrados: Ernesto Blanco, Julio Pérez, Eduardo Pedrazzini (Campeón Argentino de Automovilismo (único) de esa temporada), Tadeo Taddía, el uruguayo Héctor Suppici Sedes, los chilenos Jorge Rodrigo Daly y Lorenzo Varoli y muchos más. Ricardo Risatti lograría el Campeonato Argentino de Automovilismo (único) de 1938.
La CDA del Automóvil Club Argentino dispone que, a partir del primer día de 1939, el Campeonato Argentino comprendería los títulos de: Campeón de Pista, de Velocidad y de Carretera. En ese año, Angel Lo Valvo volvería a inscribir su nombre en la historia del TC, al consagrarse Campeón Argentino de Carretera. Por ello, desde aquellos autos de "turismo" que intervenían en la primera competencia, junto al título que lucía el ganador absoluto de esa temporada (Campeón de Carretera) comenzó a formarse popularmente el nombre que llevaría definitivamente la categoría: Turismo Carretera (el TC). En 1940 y 1941 es Juan Manuel Fangio quien logra las coronas.
Es por esa misma época que puede situarse claramente el comienzo de la rivalidad Ford - Chevrolet; los primeros defendidos por Oscar y Juan Gálvez, los segundos llevando como emblema a Juan Manuel Fangio, el "Chueco de Balcarce".
En 1948 se disputaría la mayor gesta del automovilismo argentino: el Gran Premio de la América del Sur. Fueron catorce extenuantes etapas uniendo las ciudades de Buenos Aires (Argentina) y Caracas (Venezuela), teniendo como vencedor a Domingo Marimón, para luego entrelazar Lima (Perú) y nuevamente Buenos Aires, imponiéndose Oscar Gálvez.
Desde 1950 a la actualidad
En 1950 debutan Dante y Torcuato Emiliozzi. En el circuito de Mar y Sierras, a bordo de un Ford con válvulas a la cabeza. La Fórmula B llegó en 1956 y su objetivo fue hacer más accesible la categoría y poner a los Ford y Chevrolet en un plano de igualdad. En los tres años anteriores (53, 54 y 55) los Chevrolet sólo lograron tres triunfos en carreras ordinarias y ninguno en etapas de GP.
Para 1962, Chrysler presentaba su modelo Valiant, Ford hacía lo propio con el Falcon y General Motors su modelo Chevrolet 400. Así, los nuevos modelos van relegando a las viejas cupecitas, que emprendían el retiro por la puerta grande. En 1963 se marca otro hito para la historia del TC, se superan los 200 km/h. Los responsables fueron los hermanos Emiliozzi con un Ford, estableciendo un promedio de 203,526 km/h. Al comenzar aquél mismo mes, un GRANDE nos dejaría en la Vuelta de Olavarría: Juan Gálvez, nueve veces Campeón Argentino de Turismo Carretera.
En 1964 José Froilán González presenta, con preparación de Bellavigna y con Jorge Cupeiro tras el volante, un Chevrolet Super Nova, similar al nacional Chevrolet 400.
Luego del abrumador dominio de las huestes de Ford, con los hermanos Emiliozzi como ganadores de los campeonatos de 1962, 63, 64 y 65, Juan Manuel Bordeu logra quebrar el monopolio con un Chevrolet. Su célebre "Coloradita", motorizada por "Toto" Fangio, le permite darle una inmensa alegría a los defensores de los "chivos".
A pesar del comienzo de la "era Torino", un Chevrolet, con Carlos Pairetti al volante, logra meterse entre los "toros". Su "arma" fue el famoso Trueno Naranja con el que se hace acreedor del Campeonato Argentino de 1968. Por aquel tiempo, el producto de GM despertaba pasiones que hacían que sus seguidores acudieran masivamente a ver el auto salir de la planta de San Martín hacia el autódromo.
Duelo de marcas
La pasión del público argentino por el automovilismo y en especial por el TC, le ha dado mucha importancia al duelo de marcas dentro de la categoría. En el año que se creó el Turismo Carretera, hubo diferentes marcas que tomaron partido en las primeras carreras. Con el paso del tiempo, solo cuatro de ellas lograron perdurar, y hasta hoy en día siguen despertando, la pasión por el Turismo Carretera. Estas marcas son llamadas Los cuatro grandes del automovilismo argentino.
En sus comienzos las competencias se realizaban en rutas y caminos (de ahí su nombre), por lo general de tierra. Luego de numerosos siniestros se suspendió esta práctica y actualmente solo pueden realizarse dentro de autódromos cerrados.
Primeros años
El 20 de junio de 1937 se crea el Gran Premio. Su participación era restringida, y se permitía participar solamente a autos cuyas carrocerías fueran cerradas (excluyendo los autos de carrera o gran sport). La extensión de la prueba debía superar los 1000 kilómetros, recorriendo diferentes caminos y provincias a una velocidad máxima de 120 km/h. El 5 de agosto de ese mismo año, el sueño llamado Turismo Carretera se hizo realidad. Un puñado de audaces se lanzaron a recorrer el primer Gran Premio por las provincias de la República Argentina a través de caminos inexistentes, a bordo de automóviles de serie armados con esfuerzo y dedicación.
Angel Lo Valvo (Ford) bajo el seudónimo "Hipómenes" se convierte en el primer ganador del Turismo Carretera. Junto a él se destacaban nombres consagrados: Ernesto Blanco, Julio Pérez, Eduardo Pedrazzini (Campeón Argentino de Automovilismo (único) de esa temporada), Tadeo Taddía, el uruguayo Héctor Suppici Sedes, los chilenos Jorge Rodrigo Daly y Lorenzo Varoli y muchos más. Ricardo Risatti lograría el Campeonato Argentino de Automovilismo (único) de 1938.
La CDA del Automóvil Club Argentino dispone que, a partir del primer día de 1939, el Campeonato Argentino comprendería los títulos de: Campeón de Pista, de Velocidad y de Carretera. En ese año, Angel Lo Valvo volvería a inscribir su nombre en la historia del TC, al consagrarse Campeón Argentino de Carretera. Por ello, desde aquellos autos de "turismo" que intervenían en la primera competencia, junto al título que lucía el ganador absoluto de esa temporada (Campeón de Carretera) comenzó a formarse popularmente el nombre que llevaría definitivamente la categoría: Turismo Carretera (el TC). En 1940 y 1941 es Juan Manuel Fangio quien logra las coronas.
Es por esa misma época que puede situarse claramente el comienzo de la rivalidad Ford - Chevrolet; los primeros defendidos por Oscar y Juan Gálvez, los segundos llevando como emblema a Juan Manuel Fangio, el "Chueco de Balcarce".
En 1948 se disputaría la mayor gesta del automovilismo argentino: el Gran Premio de la América del Sur. Fueron catorce extenuantes etapas uniendo las ciudades de Buenos Aires (Argentina) y Caracas (Venezuela), teniendo como vencedor a Domingo Marimón, para luego entrelazar Lima (Perú) y nuevamente Buenos Aires, imponiéndose Oscar Gálvez.
Desde 1950 a la actualidad
A comienzos de los años cincuenta empezaron a disputarse las famosas "Vueltas", y entre ellas se destacaban Hughes, Santa Fe, Tres Arroyos, Mar y Sierras, Necochea, Olavarría y tantas otras. La década de 1950 a 1960 fue considerada la del piloto-mecánico. Hombres que "hacían" sus propias máquinas y después las conducían velozmente por los más difíciles caminos. Entre otros: Oscar y Juan Gálvez, Dante y Torcuato Emiliozzi, Marcos Ciani, Néstor Marincovich, Rodolfo de Álzaga, Sogolo, Fernando Piersanti, Logulo, Julio Devoto, Juan Carlos Navone, Félix Peduzzi, Santiago Saigós, Meunier, etc.
En 1950 debutan Dante y Torcuato Emiliozzi. En el circuito de Mar y Sierras, a bordo de un Ford con válvulas a la cabeza. La Fórmula B llegó en 1956 y su objetivo fue hacer más accesible la categoría y poner a los Ford y Chevrolet en un plano de igualdad. En los tres años anteriores (53, 54 y 55) los Chevrolet sólo lograron tres triunfos en carreras ordinarias y ninguno en etapas de GP.
Para 1962, Chrysler presentaba su modelo Valiant, Ford hacía lo propio con el Falcon y General Motors su modelo Chevrolet 400. Así, los nuevos modelos van relegando a las viejas cupecitas, que emprendían el retiro por la puerta grande. En 1963 se marca otro hito para la historia del TC, se superan los 200 km/h. Los responsables fueron los hermanos Emiliozzi con un Ford, estableciendo un promedio de 203,526 km/h. Al comenzar aquél mismo mes, un GRANDE nos dejaría en la Vuelta de Olavarría: Juan Gálvez, nueve veces Campeón Argentino de Turismo Carretera.
En 1964 José Froilán González presenta, con preparación de Bellavigna y con Jorge Cupeiro tras el volante, un Chevrolet Super Nova, similar al nacional Chevrolet 400.
Luego del abrumador dominio de las huestes de Ford, con los hermanos Emiliozzi como ganadores de los campeonatos de 1962, 63, 64 y 65, Juan Manuel Bordeu logra quebrar el monopolio con un Chevrolet. Su célebre "Coloradita", motorizada por "Toto" Fangio, le permite darle una inmensa alegría a los defensores de los "chivos".
La Vuelta de San Pedro, disputada en 1967, es el marco de otro hecho histórico: el debut de los Torinos, tripulados por Eduardo Copello, Héctor Luis Gradassi y Jorge Ternengo (trío conocido popularmente como la CGT, emulando las siglas de la Confederación General de Trabajadores de Argentina). La primera victoria sería para Gradassi y el Campeonato de esa temporada para su coequiper: "el Maestro" Copello.
A pesar del comienzo de la "era Torino", un Chevrolet, con Carlos Pairetti al volante, logra meterse entre los "toros". Su "arma" fue el famoso Trueno Naranja con el que se hace acreedor del Campeonato Argentino de 1968. Por aquel tiempo, el producto de GM despertaba pasiones que hacían que sus seguidores acudieran masivamente a ver el auto salir de la planta de San Martín hacia el autódromo.
Luego de este triunfo, comenzó el dominio de Torino, consagrandose campeón consecutivamente en 1969, 1970 y 1971. Los dos primeros campeonatos fueron alcanzados por Héctor Gradassi, el primero, y Gastón Perkins, el segundo, los dos con sendos prototipos Liebre-Torino. Al año siguiente, el dominio de Torino se acrecienta, cuando se oficializan los campeonatos de la Fórmula A y la Fórmula B. La primera destinada a los llamados Sport Prototipos, mientras que la segunda, estaba destinada a los coches de producción en serie. En la primera, Copello reeditó su victoria del '67, pero esta vez al comando de una Liebre. En la segunda, inscribía su nombre por primera vez en el automovilismo argentino, uno de sus más grandes baluartes: Luis Rubén Di Palma. Sin embargo, este dominio duró poco, debido a las contínuas quejas de los usuarios de otras marcas y a las consecuentes restricciones impuestas por reglamento a estos coches. Finalmente, el equipo oficial IKA se retiraría en 1972.
Duelo de marcas
La pasión del público argentino por el automovilismo y en especial por el TC, le ha dado mucha importancia al duelo de marcas dentro de la categoría. En el año que se creó el Turismo Carretera, hubo diferentes marcas que tomaron partido en las primeras carreras. Con el paso del tiempo, solo cuatro de ellas lograron perdurar, y hasta hoy en día siguen despertando, la pasión por el Turismo Carretera. Estas marcas son llamadas Los cuatro grandes del automovilismo argentino.