“Volveremos, y lo haremos más fuertes que nunca”. Con esta declaración de intenciones concluye Gerard Farrés su tercera participación en el Dakar en la categoría SSV, la segunda con Armand Monleón en el asiento de la derecha. Una edición especialmente complicada para él, en la que ha sufrido problemas de toda clase, pero que finalmente, tal y como reconoce, “ha valido la pena acabar”.
Gerard Farrés y Armand Monleón han finalizado su periplo por tierras saudíes en una meritoria undécima posición absoluta en la categoría SSV / T4, a menos de 3 minutos del Top 10. Una cifra a priori irrelevante, ya que su aspiración era repetir el podio que logró en 2019, pero que da cuenta de su categoría al volante del Can-Am Maverick X3s, ya que en la segunda semana de carrera ha conseguido recortar más de 1 hora y media al décimo clasificado.
“Acabamos un Dakar durísimo, muy exigente en todos los sentidos, y que personalmente ha sido difícil de gestionar. Tengo que reconocer que durante las primeras etapas algún día quise retirarme, no comprendía por qué estábamos teniendo tanta mala suerte, pero gracias a Armand, que nunca se rindió, y a toda la gente que nos ha animado, estamos aquí”, confiesa el de Manlleu.
“Al final hemos sido capaces de coger un ritmo muy fuerte, hemos aprendido muchísimas cosas y hemos ayudado al equipo en las últimas etapas. Creo que ha sido el Dakar en el que más hemos crecido, en la categoría más difícil que hay actualmente, con 60 vehículos, una igualdad mecánica increíble y con pilotos muy buenos”.
Farrés y Monleón han sido piezas claves para que el equipo Monster Energy Can Am haya terminado con dos pilotos en el podio. En la etapa de ayer ayudaron a Austin Jones y Gustavo Gugelmin, finalmente segundos en la general, y hoy, en la corta especial entre Yanbu y Jeddah, de 225 km, han hecho lo mismo con Aron Domzala y Maciej Marton (terceros).
“Creo que hemos hecho un buen trabajo. Sí que es verdad que en las primeras etapas nos descolgamos, por culpa de algunos problemas mecánicos, pero al final nos hemos ido animando y hemos utilizado este Dakar para aprender mucho. Nos marchamos para casa con una libreta de apuntes muy gruesa”, afirma el copiloto de Farrés, Armand Monleón.
La pareja del Monster Energy Can Am partía como una de las favoritas al empezar la carrera, y de hecho así lo atestiguan sus primeros resultados en la primera y segunda etapa: 5º y 2º respectivamente. Las cosas empezaron a torcerse el tercer día, cuando un fallo en el turbo les hizo perder 37 minutos. Pero sin duda, la gran decepción llegó a la mañana siguiente, cuando un problema eléctrico, que les impidió superar los 80 km/h durante las especiales de la cuarta y quinta etapa, echó por tierra todas sus aspiraciones en la clasificación general.
A partir de ahí se tomaron el Dakar desde otra perspectiva: querían seguir para absorber el máximo de conocimientos y aprender de los errores. Firmaron una segunda posición en la sexta etapa, pero tras la jornada de descanso, volvieron a sufrir problemas mecánicos de diversa índole. En la séptima especial, a causa de una valla metálica que se llevaron por delante, y en la octava y novena, por arriesgar demasiado tratando de adelantar. En las tres últimas volvieron a rendir al máximo nivel y pudieron adjudicarse, de nuevo, una segunda posición, a pesar de que su objetivo era ayudar al equipo a conquistar el podio.
En conclusión, un Dakar que deja muchas lecciones, de las que seguro habrán tomado buena nota: “Hemos entendido la carrera, y yo en el apartado mecánico he aprendido infinidad de cosas, a nivel de suspensiones, geometrías, conocimiento dentro de las cuatro ruedas... Esto me hace feliz. La valoración, dentro de todo lo que ha pasado, es muy positiva”.
Gerard Farrés y Armand Monleón han finalizado su periplo por tierras saudíes en una meritoria undécima posición absoluta en la categoría SSV / T4, a menos de 3 minutos del Top 10. Una cifra a priori irrelevante, ya que su aspiración era repetir el podio que logró en 2019, pero que da cuenta de su categoría al volante del Can-Am Maverick X3s, ya que en la segunda semana de carrera ha conseguido recortar más de 1 hora y media al décimo clasificado.
“Acabamos un Dakar durísimo, muy exigente en todos los sentidos, y que personalmente ha sido difícil de gestionar. Tengo que reconocer que durante las primeras etapas algún día quise retirarme, no comprendía por qué estábamos teniendo tanta mala suerte, pero gracias a Armand, que nunca se rindió, y a toda la gente que nos ha animado, estamos aquí”, confiesa el de Manlleu.
“Al final hemos sido capaces de coger un ritmo muy fuerte, hemos aprendido muchísimas cosas y hemos ayudado al equipo en las últimas etapas. Creo que ha sido el Dakar en el que más hemos crecido, en la categoría más difícil que hay actualmente, con 60 vehículos, una igualdad mecánica increíble y con pilotos muy buenos”.
Farrés y Monleón han sido piezas claves para que el equipo Monster Energy Can Am haya terminado con dos pilotos en el podio. En la etapa de ayer ayudaron a Austin Jones y Gustavo Gugelmin, finalmente segundos en la general, y hoy, en la corta especial entre Yanbu y Jeddah, de 225 km, han hecho lo mismo con Aron Domzala y Maciej Marton (terceros).
“Creo que hemos hecho un buen trabajo. Sí que es verdad que en las primeras etapas nos descolgamos, por culpa de algunos problemas mecánicos, pero al final nos hemos ido animando y hemos utilizado este Dakar para aprender mucho. Nos marchamos para casa con una libreta de apuntes muy gruesa”, afirma el copiloto de Farrés, Armand Monleón.
La pareja del Monster Energy Can Am partía como una de las favoritas al empezar la carrera, y de hecho así lo atestiguan sus primeros resultados en la primera y segunda etapa: 5º y 2º respectivamente. Las cosas empezaron a torcerse el tercer día, cuando un fallo en el turbo les hizo perder 37 minutos. Pero sin duda, la gran decepción llegó a la mañana siguiente, cuando un problema eléctrico, que les impidió superar los 80 km/h durante las especiales de la cuarta y quinta etapa, echó por tierra todas sus aspiraciones en la clasificación general.
A partir de ahí se tomaron el Dakar desde otra perspectiva: querían seguir para absorber el máximo de conocimientos y aprender de los errores. Firmaron una segunda posición en la sexta etapa, pero tras la jornada de descanso, volvieron a sufrir problemas mecánicos de diversa índole. En la séptima especial, a causa de una valla metálica que se llevaron por delante, y en la octava y novena, por arriesgar demasiado tratando de adelantar. En las tres últimas volvieron a rendir al máximo nivel y pudieron adjudicarse, de nuevo, una segunda posición, a pesar de que su objetivo era ayudar al equipo a conquistar el podio.
En conclusión, un Dakar que deja muchas lecciones, de las que seguro habrán tomado buena nota: “Hemos entendido la carrera, y yo en el apartado mecánico he aprendido infinidad de cosas, a nivel de suspensiones, geometrías, conocimiento dentro de las cuatro ruedas... Esto me hace feliz. La valoración, dentro de todo lo que ha pasado, es muy positiva”.