El automovilismo canario está ahora mismo paralizado o al menos eso es lo que parece. A la fecha que estamos y aun no se conoce ni tan siquiera un adelanto de las fechas previsibles de las pruebas para este año y eso, que quieren que les diga, suena a eso, a una paralización absoluta.
Que dicha situación venga sobrevenida por la paralización del proceso electoral de las elecciones a la Federación de Automovilismo de Las Palmas no tiene razón de ser, en tanto en cuanto, la Federación Canaria tiene un presidente ya confirmado, que no es otro que el anterior D. Carlos Gaztañaga Merino al igual que el automovilismo de Tenerife tiene su presidente y lo mismo pasa con La Palma. A nivel regional todo debería llevar su cauce habitual, que es tener al menos ya convocada, como viene siendo tónica general de los últimos años, la asamblea anual ordinaria, a la espera de que el proceso electoral provincial se solucione. Sobre todo cuando hay unos plazos que cumplir y existe un protocolo de actuación que ya debería estar en marcha.
Si queremos tener automovilismo en esta comunidad autónoma, lo normal sería seguir los pasos necesarios para que los pilotos tuvieran un calendario del cual elaborar un programa que presentar a sus sponsor para lograr los presupuestos para la próxima campaña. Es aun y no se sabe que va a pasar con la acumulación de pruebas en nuestra comunidad y que fue el caballo de batalla en la anterior temporada, con un déficit importante a la hora de conseguir participantes. Ni tan siquiera la normativa, de haber algún cambio importante, a la hora de preparar los vehículos.
No son momentos los actuales para estar de brazos cruzados esperando la solución de un problema que no debería afectar al normal desarrollo del deporte en una época, la actual, en la que la imaginación debe sustituir en mucho la falta de recursos.
Así es que, por el bien del deporte, esta paralización momentánea sea solo un error de cálculo y pronto se vean realidades. Es al menos lo que esperamos.
Que dicha situación venga sobrevenida por la paralización del proceso electoral de las elecciones a la Federación de Automovilismo de Las Palmas no tiene razón de ser, en tanto en cuanto, la Federación Canaria tiene un presidente ya confirmado, que no es otro que el anterior D. Carlos Gaztañaga Merino al igual que el automovilismo de Tenerife tiene su presidente y lo mismo pasa con La Palma. A nivel regional todo debería llevar su cauce habitual, que es tener al menos ya convocada, como viene siendo tónica general de los últimos años, la asamblea anual ordinaria, a la espera de que el proceso electoral provincial se solucione. Sobre todo cuando hay unos plazos que cumplir y existe un protocolo de actuación que ya debería estar en marcha.
Si queremos tener automovilismo en esta comunidad autónoma, lo normal sería seguir los pasos necesarios para que los pilotos tuvieran un calendario del cual elaborar un programa que presentar a sus sponsor para lograr los presupuestos para la próxima campaña. Es aun y no se sabe que va a pasar con la acumulación de pruebas en nuestra comunidad y que fue el caballo de batalla en la anterior temporada, con un déficit importante a la hora de conseguir participantes. Ni tan siquiera la normativa, de haber algún cambio importante, a la hora de preparar los vehículos.
No son momentos los actuales para estar de brazos cruzados esperando la solución de un problema que no debería afectar al normal desarrollo del deporte en una época, la actual, en la que la imaginación debe sustituir en mucho la falta de recursos.
Así es que, por el bien del deporte, esta paralización momentánea sea solo un error de cálculo y pronto se vean realidades. Es al menos lo que esperamos.