Isidre Esteve, Txema Villalobos y el resto de componentes del Repsol Toyota Rally Team ya están en casa. Los integrantes del equipo han aterrizado esta pasada medianoche procedentes de Dammam, después de un inacabable viaje de vuelta que debía comenzar a las 14:30h de Arabia Saudí y que se ha alargado con varias horas de retraso. Pese a la fatiga acumulada, casi equiparable a la de una de las etapas del Rally Dakar que ha concluido este pasado domingo, el piloto ilerdense no ha perdido ni un ápice de su ilusión por competir y se ha mostrado muy satisfecho con su actuación.
Competir. Esa es la palabra clave en el universo de Isidre Esteve. La competitividad es lo que le definió otrora como piloto de motos, cuando luchaba por ganar la carrera más famosa y dura del mundo montado a lomos de una KTM oficial, y le sigue definiendo ahora, sin importar su discapacidad física producto de una lesión medular originada, precisamente, mientras competía, hace ya 15 años.
Para Esteve, esta 45ª edición del Rally Dakar ha sido la que ha marcado la diferencia: “La primera en la que de verdad he tenido las mismas herramientas para competir en coches con los demás, con los mejores. Eso para mí, lo vale todo. Porque es lo que me permite seguir con mi vida deportiva con normalidad, sabiendo que sí, de acuerdo, voy en silla de ruedas, pero tomo la salida de cada etapa igual que los primeros con un coche muy similar y tan competitivo como el suyo. Luego, ellos son capaces de ganar etapas y mi objetivo es otro. Para mí, ganar es estar en la carrera, competir de igual a igual con las mismas posibilidades sobre el papel, tratar de superar a los otros pilotos que están a mi alrededor en la clasificación y tratar de superarme a mí mismo”.
Y es que el objetivo de Isidre Esteve en este Rally Dakar 2023 era ambicioso, pero factible: mejorar el 21º puesto que logró en 2018 y 2019 y acabar entre el Top 15 y el Top 20. Al final, se ha tenido que conformar con el 24º lugar entre los coches como el suyo (de la categoría T1) y el 34º absoluto. “Íbamos muy bien para conseguirlo. Habíamos trazado una estrategia para ir de menos a más, con una primera semana en la que era clave que no nos pasara nada que nos retrasara en exceso, para atacar en la segunda en la arena, donde sabíamos que nuestro Toyota Hilux T1+ podía darnos muchas alegrías”, argumenta.
Desafortunadamente, “la avería eléctrica que tuvimos en lo alto de una duna a tres días del final, y que nos hizo perder tres horas y media, desmontó nuestros planes, y nos quedamos sin ese premio del resultado que para todo el equipo, y para mí, era muy merecido, después de todo el trabajo que llevamos haciendo estos años. Éste ha sido mi decimoctavo Dakar, el octavo en coches, y el séptimo que hago con la intención de estar lo más arriba que pueda junto a Repsol, MGS Seguros, KH-7 y, desde hace tres años, con el apoyo también de Toyota España. Intentarlo, luchar por ello, tratar de conseguir esa superación, es por lo que merece la pena volver a casa y decir ‘he hecho todo lo que he podido’, y esto creo que tenemos que contarlo como un éxito. Por eso, ahora ya estoy pensando en qué tenemos que hacer para volver más fuertes en 2024 y volver a intentarlo”, reflexiona Esteve.
No es para menos contar esta participación como otro éxito para el de Oliana, porque su gesta se ha repetido en cada etapa que ha disputado, en cada kilómetro que ha recorrido junto a su inseparable copiloto Txema Villalobos, pilotando al máximo sólo con la ayuda de sus manos. Unas manos que tienen que gestionar al unísono la dirección, el freno y el acelerador, además del cambio de marchas y el freno de mano, o lo que es lo mismo, tienen que hacer el doble de trabajo que las manos de cualquier piloto sin discapacidad. Sólo por eso, por desafiarse, por exigirse siempre al máximo y buscar cómo superarse, ¡bravo Isidre!
Competir. Esa es la palabra clave en el universo de Isidre Esteve. La competitividad es lo que le definió otrora como piloto de motos, cuando luchaba por ganar la carrera más famosa y dura del mundo montado a lomos de una KTM oficial, y le sigue definiendo ahora, sin importar su discapacidad física producto de una lesión medular originada, precisamente, mientras competía, hace ya 15 años.
Para Esteve, esta 45ª edición del Rally Dakar ha sido la que ha marcado la diferencia: “La primera en la que de verdad he tenido las mismas herramientas para competir en coches con los demás, con los mejores. Eso para mí, lo vale todo. Porque es lo que me permite seguir con mi vida deportiva con normalidad, sabiendo que sí, de acuerdo, voy en silla de ruedas, pero tomo la salida de cada etapa igual que los primeros con un coche muy similar y tan competitivo como el suyo. Luego, ellos son capaces de ganar etapas y mi objetivo es otro. Para mí, ganar es estar en la carrera, competir de igual a igual con las mismas posibilidades sobre el papel, tratar de superar a los otros pilotos que están a mi alrededor en la clasificación y tratar de superarme a mí mismo”.
Y es que el objetivo de Isidre Esteve en este Rally Dakar 2023 era ambicioso, pero factible: mejorar el 21º puesto que logró en 2018 y 2019 y acabar entre el Top 15 y el Top 20. Al final, se ha tenido que conformar con el 24º lugar entre los coches como el suyo (de la categoría T1) y el 34º absoluto. “Íbamos muy bien para conseguirlo. Habíamos trazado una estrategia para ir de menos a más, con una primera semana en la que era clave que no nos pasara nada que nos retrasara en exceso, para atacar en la segunda en la arena, donde sabíamos que nuestro Toyota Hilux T1+ podía darnos muchas alegrías”, argumenta.
Desafortunadamente, “la avería eléctrica que tuvimos en lo alto de una duna a tres días del final, y que nos hizo perder tres horas y media, desmontó nuestros planes, y nos quedamos sin ese premio del resultado que para todo el equipo, y para mí, era muy merecido, después de todo el trabajo que llevamos haciendo estos años. Éste ha sido mi decimoctavo Dakar, el octavo en coches, y el séptimo que hago con la intención de estar lo más arriba que pueda junto a Repsol, MGS Seguros, KH-7 y, desde hace tres años, con el apoyo también de Toyota España. Intentarlo, luchar por ello, tratar de conseguir esa superación, es por lo que merece la pena volver a casa y decir ‘he hecho todo lo que he podido’, y esto creo que tenemos que contarlo como un éxito. Por eso, ahora ya estoy pensando en qué tenemos que hacer para volver más fuertes en 2024 y volver a intentarlo”, reflexiona Esteve.
No es para menos contar esta participación como otro éxito para el de Oliana, porque su gesta se ha repetido en cada etapa que ha disputado, en cada kilómetro que ha recorrido junto a su inseparable copiloto Txema Villalobos, pilotando al máximo sólo con la ayuda de sus manos. Unas manos que tienen que gestionar al unísono la dirección, el freno y el acelerador, además del cambio de marchas y el freno de mano, o lo que es lo mismo, tienen que hacer el doble de trabajo que las manos de cualquier piloto sin discapacidad. Sólo por eso, por desafiarse, por exigirse siempre al máximo y buscar cómo superarse, ¡bravo Isidre!