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Que peligro tienen algunos

Sobre cómo narraron el accidente de Mingo y Rayco

Domingo Ramos y Rayco Pérez en el tramo de Pino Santo
Domingo Ramos y Rayco Pérez en el tramo de Pino Santo
Sí, que peligro tienen. Le dan un micro y ya se olvidan de todo lo demás. Olvidan que pueden tener oyentes y que éstos pueden fiarse de lo que escuchan. Y cuando se dice algo, hay que tener el convencimiento de que se hace para informar, dar datos fiables. No para alarmar, crear desaliento, poner al borde del infarto a otros que puedan estar escuchando.

En el Rallye de Santa Brígida hubo incidentes-accidentes. No es cosa infrecuente, pues va implícito en el deporte. En unos se desarrolla todo como la seda, y en otros, como es el caso, pues los hay. Para ello van preparados, por eso usan las medidas de seguridad adecuadas, para eso hay un dispositivo de seguridad dispuesto en cada uno de los tramos, por eso se pide máxima prudencia a los aficionados, por eso hay unas recomendaciones a tener en cuenta siempre, pues no se sabe cuál puede ser la reacción de una maquina descontrolada y sus consecuencias posteriores.

Por eso, cuando ocurre un accidente no se puede recurrir a la histeria, a la desinformación, a sembrar el desconcierto. Hay familiares, amigos, mecánicos pendientes de lo que se dice. Y los medios informativos, sobre todo las emisoras de radio no deben ser propagandistas de lo macabro, de la incertidumbre, de la histeria por la histeria. Deben ser comedidos con lo que se dice y colaborar con la organización y no todo lo contrario.

Un producto bien hecho es aquel que nos ofrece información real y directa sin alarmismos. Un producto bien hecho debe ser aquel que se realiza bajo la premisa de la información y no bajo la simpleza de la captura de audiencia. Porque si para buscar la audiencia se dicen disparates, tarde o temprano caen en el baúl del olvido.

Este fin de semana, para infortunio de Domingo Ramos y Rayco Pérez, no fue agradable. Pero por fortuna ya están en planta del centro hospitalario recuperándose de las secuelas de su accidente. Desde aquí nuestro deseo ferviente que pase pronto el mal sueño y los volvamos a tener en la carretera.

Para los insensatos, una recomendación: hablen del deporte, enseñen, informen. Sin histerias. Para dar una mala noticia en el automovilismo siempre es mejor ser el último. Y mejor es no tener que darlas.
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