Menuda se ha formado con la penalización sufrida por Alberto Meira en el Rallye Rías Baixas del pasado fin de semana en Galicia, con la consiguiente sanción aplicada al equipo y la posterior reubicación en la clasificación general final.
A toro pasado circula por la red un manifiesto del preparador del vehículo en el que expresa una queja sobre las actuaciones de los comisarios deportivos en ese rallye y termina diciendo que "es por ello que nos sentimos especialmente agraviados por unos hechos que no se deberían de haber producido y que esperamos sean objeto de la adecuada rectificación por quien corresponda". Pues va a ser que no. Ya no hay motivo para la rectificación, Sr. Mendez.
En el comunicado emitido por el organizador al hacer el cambio de la clasificación y elevarla a definitiva se decía claramente:
"Alberto Meira renuncia a presentar recurso de apelación, con lo que transcurrido el tiempo de manifestar la intención de apelar del concursante número 10 los Comisarios Deportivos proceden a la publicación de la clasificación oficial definitiva de la 47ª edición del Rallye Internacional Rías Baixas Vodafone Gran Premio Turismo de Vigo. La penalización de seis minutos relega a Alberto Meira a la octava posición de la clasificación final, por lo que es Jonathan Pérez (Peugeot 207 S2000) el que pasa a ocupar el tercer cajón del pódium."
Y no hay más.
El resto es buscarle tres pies al gato.
Porque no entramos a valorar, criticar o enjuiciar las actuaciones de los comisarios en ese rallye. Se le dio la oportunidad de demostrar que los comisarios estaban equivocados y por tanto darle la oportunidad de apelar esa resolución. No lo hicieron en tiempo y forma, por lo que ahora sólo queda la pataleta, el justificar lo ya injustificable y crear mal ambiente e intentar quedar como el bueno de la película.
En la competición de alto nivel no sólo hay que estar enterados y saber lo que hay que hacer para ofrecerle a un piloto la mejor y más preparada máquina para competir. También hay que conocer las reglas del juego, que en la mayoría de las veces están regladas y por tanto difícilmente se puede evadir cada cual con sus razonamientos una vez resueltos los hechos. Si el concursante dejó pasar la oportunidad de apelar una resolución, deja ya resuelto el problema, se tenga razón o no se tenga. Venir ahora con las pataletas no tiene razón de ser.
Dejaron pasar el momento y ahora, pues que quieren que les diga. Igual para la próxima se lo piensan y hacen valer sus derechos. En esta ocasión las cosas han sido de otra manera. Una para ver y otra para aprender.
A toro pasado circula por la red un manifiesto del preparador del vehículo en el que expresa una queja sobre las actuaciones de los comisarios deportivos en ese rallye y termina diciendo que "es por ello que nos sentimos especialmente agraviados por unos hechos que no se deberían de haber producido y que esperamos sean objeto de la adecuada rectificación por quien corresponda". Pues va a ser que no. Ya no hay motivo para la rectificación, Sr. Mendez.
En el comunicado emitido por el organizador al hacer el cambio de la clasificación y elevarla a definitiva se decía claramente:
"Alberto Meira renuncia a presentar recurso de apelación, con lo que transcurrido el tiempo de manifestar la intención de apelar del concursante número 10 los Comisarios Deportivos proceden a la publicación de la clasificación oficial definitiva de la 47ª edición del Rallye Internacional Rías Baixas Vodafone Gran Premio Turismo de Vigo. La penalización de seis minutos relega a Alberto Meira a la octava posición de la clasificación final, por lo que es Jonathan Pérez (Peugeot 207 S2000) el que pasa a ocupar el tercer cajón del pódium."
Y no hay más.
El resto es buscarle tres pies al gato.
Porque no entramos a valorar, criticar o enjuiciar las actuaciones de los comisarios en ese rallye. Se le dio la oportunidad de demostrar que los comisarios estaban equivocados y por tanto darle la oportunidad de apelar esa resolución. No lo hicieron en tiempo y forma, por lo que ahora sólo queda la pataleta, el justificar lo ya injustificable y crear mal ambiente e intentar quedar como el bueno de la película.
En la competición de alto nivel no sólo hay que estar enterados y saber lo que hay que hacer para ofrecerle a un piloto la mejor y más preparada máquina para competir. También hay que conocer las reglas del juego, que en la mayoría de las veces están regladas y por tanto difícilmente se puede evadir cada cual con sus razonamientos una vez resueltos los hechos. Si el concursante dejó pasar la oportunidad de apelar una resolución, deja ya resuelto el problema, se tenga razón o no se tenga. Venir ahora con las pataletas no tiene razón de ser.
Dejaron pasar el momento y ahora, pues que quieren que les diga. Igual para la próxima se lo piensan y hacen valer sus derechos. En esta ocasión las cosas han sido de otra manera. Una para ver y otra para aprender.